29 de diciembre de 2006

Cristo, las riquezas y los cristianos occidentales

por Ricardo Gondim

Encuentro que necesitamos tomar más seriamente las enseñanzas de Jesús.

Él afirmó que nadie debe pedir nada a Dios con la angustia de los idólatras, sin embargo la mayoría de los creyentes siente que necesita arrastrarse cuando hace sus oraciones.

Él afirmó que nadie debe pedir cosas materiales – ni siquiera comida y vestido – pues Dios sabe de las necesidades de sus hijos, sin embargo las iglesias enseñan a “bombardear” el cielo para conseguir una u otra bendición.

Él afirmó que ninguno de sus amigos puede acumular riquezas aquí donde la polilla y el óxido destruyen y donde los ladrones se meten a robar, sin embargo las personas se angustian queriendo almacenar lo máximo que les garantice el futuro.

Él afirmó que sus seguidores deben buscar en primer lugar el reino de Dios y su justicia, pero los cristianos posmodernos se ocupan en escalar las estrechas mallas sociales, por eso el culto queda exprimido a un tiempito que sobra los fines de semana.

Él afirmó que todos los que aman su vida la pierden y que los dispuestos a perder su vida por amor a Dios la ganan. Como a los cristianos no les gusta ese texto, yace en un estante, esperando alguna interpretación más amena.

Él afirmó que las personas deben vender sus posesiones y dar limosnas, sin embargo los cristianos hacen exactamente lo opuesto, acumulan y cuando ofrendan alguna cosa, dan la sobra – generalmente muy poco.

Él afirmó que le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el cielo, sin embargo los cristianos prefieren interpretar que Jesús exageró en algunas de sus declaraciones.

Soli Deo Gloria.