Heracles y el camino estrecho
por Ricardo Gondim
Heracles, o Hércules, fue el héroe griego más famoso. Por detrás de la complicadísima mitología, se cree que fue un hombre real, probablemente uno de los principales líderes militares del reino de Argos.
En el mito, él era hijo de Zeus con una mortal llamada Alcmena. Su reputación se propagó por el mundo antiguo debido a su fuerza. Él, sin embargo, no era sabio. Hércules tuvo ataques de locura y llegó a matar a los hijos que había tenido con Mégara. Debido a esa desproporcionalidad entre fuerza y sabiduría, se difundieron varias fabulas sobre su carencia para comportarse con moderación.
Esopo contó una:
“Avanzaba Hércules a lo largo de un estrecho camino. Vio por tierra un objeto parecido a una manzana e intentó aplastarlo. El objeto duplicó su volumen. Al ver esto, Hércules lo pisó con más violencia todavía, golpeándole además con su maza. Pero el objeto siguió creciendo, cerrando con su gran volumen el camino. El héroe lanzó entonces su maza, y quedó plantado presa del mayor asombro.
En esto se le apareció Atenea y de dijo:
-Escucha, hermano; este objeto es el espíritu de la disputa y de la discordia; si se le deja tranquilo, permanece como estaba al principio; pero si se le toca, ¡mira cómo crece!”.
Moraleja: combates y discordias alimentan la voluptuosidad de los pequeños que necesitan crecer; son guerrillas minúsculas, batallas que sólo causan males.
Soli Deo Gloria