10 de mayo de 2007

Recordatorio

por Ricardo Gondim

No olvides impregnar tus retinas con las imágenes que más alegría te den… ellas permanecerán contigo para siempre.

No olvides de guardar todos los olores. Ellos, un día, te traerán de regreso a los lugares por donde tú ya anduviste… el olfato es la materia prima de la nostalgia.

No olvides de memorizar los rostros con los que conviviste… el verdadero secreto de la felicidad no es recordar lugares y plazas, sino a las personas que nos acompañaron en esos lugares y plazas.

No olvides de grabar en tu corazón las palabras que te desafiaron, te hicieron feliz, te entristecieron o te causaron disgusto… recuerda que no sólo de pan vivimos, sino del sustantivo que se hace verbo.

No olvides que tu pasado está abierto… esperando ser resignificado por las decisiones que tomes hoy. Tus buenas vivencias pueden ser transformadas en pésimas memorias a partir de nuevas actitudes; también sucede lo contrario, un horrible pasado puede ser transformado en un excelente punto de partida para un lindo futuro.

Ando ocupadísimo, pero aprovecho este momento en que paso por aquí para dejarte este recordatorio como un mimo de mi corazón.

Soli Deo Gloria.