Mi letanía
por Ricardo Gondim
Porque seguimos tan desapercibidos de la brevedad de la vida.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque acumulamos riqueza imaginando que viviremos por largos años.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque nos conformamos con la maldad impersonal del mercado.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque aceptamos la inevitabilidad de la guerra.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque no cuestionamos que hayan muchos pobres y pocos ricos en las cárceles.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque nos indignamos con las súbitas desgracias y nos aquietamos con los holocaustos crónicos.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque llenamos el alma de callosidades para no rebelarnos frente a la mortandad africana.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque pagamos fortunas de dinero a los pilotos de carrera y dejamos a los docentes con salarios reducidos.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque aceptamos que los hijos de los políticos también sean candidatos.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque intentamos hacer de Dios un siervo para proveernos de lo que necesitamos.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque nos acostumbramos a las cisternas podridas y abandonamos las fuentes de aguas cristalinas.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque somos religiosos semejantes a los verdugos de Jesús de Nazaret.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque, como Tomás, necesitamos ver para creer.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque seguimos parecidos a nuestros padres.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Porque sólo te pedimos misericordia de vez en cuando.
Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros.
Soli Deo Gloria.